Debemos volver el rostro hacia el Señor en nuestros corazones.

La analogía de los dos pájaros que viven en el mismo árbol ilustra la coexistencia en el corazón tanto del alma individual como del Alma Suprema, la Suprema Personalidad de Dios. Así como un pájaro anida en un árbol, la entidad viviente reside en el corazón. Esta analogía es adecuada porque el pájaro permanece distinto del árbol, al igual que el alma individual y el Alma Suprema son distintas del cuerpo material temporal. El término balena enfatiza que la Suprema Personalidad de Dios se realiza por Su propio poder intrínseco, caracterizado por la eternidad, el omni-conocimiento y la bienaventuranza. El término bhūyān significa que el Señor Supremo posee una existencia superior, puesto que Él está siempre en una posición superior, mientras que la entidad viviente oscila entre la ilusión y la iluminación. El uso de balena enfatiza el hecho de que el Señor nunca está en la ignorancia, sino que está perpetuamente inmerso en la conciencia perfecta llena de bienaventuranza.
Así, el Señor es niranna, es decir, indiferente a los amargos resultados de los esfuerzos materiales, mientras que el alma condicionada ordinaria se ocupa de estos frutos amargos, creyendo erróneamente que son dulces. En última instancia, el resultado de todas las búsquedas materiales es la muerte, sin embargo, la entidad viviente asume ingenuamente que las posesiones y experiencias materiales traerán la felicidad. El término sakhāyau, que significa «dos amigos», también es importante. Nuestro verdadero amigo es el Señor Kṛṣṇa, presente en nuestro corazón, conocedor de nuestras verdaderas necesidades y capaz de concedernos la verdadera felicidad.
El Señor Kṛṣṇa es extremadamente compasivo; reside en el corazón, esforzándose por guiar al alma condicionada de vuelta a casa, a Dios. Ningún amigo material permanecería leal a una persona necia durante años, especialmente si esa persona lo descuidara o insultara. Sin embargo, el Señor Kṛṣṇa encarna la lealtad y el amor inquebrantables, acompañando incluso a las almas más caídas, estando presente en los corazones de todos los seres, incluidos los insectos, los cerdos y los perros. Esto se debe a que el Señor Kṛṣṇa posee conciencia suprema y percibe a cada entidad viviente como parte de Sí mismo. Cada individuo debe abandonar los frutos amargos de la existencia material y redirigir su atención al Señor en el corazón, reviviendo la relación de amor eterno con su verdadero amigo, el Señor Kṛṣṇa. El término sadṛśau, o «similar en naturaleza», indica que tanto la entidad viviente como la Personalidad de Dios son seres conscientes. Al ser parte integrante del Señor, compartimos la naturaleza del Señor, aunque en una capacidad mínima . Así, el Señor y la entidad viviente son sadṛśau. Una afirmación similar aparece en el Śvetāśvatara Upaniṣad (4.6):

dvā suparṇā sayujā sakhāyā samānaṁ vṛkṣaṁ pariṣasvajāte
tayor anyaḥ pippalaṁ svādu atty anaśnann anyo ’bhicākaśīti

«Hay dos pájaros en un árbol. Uno come la fruta del árbol, mientras que el otro observa las acciones. El testigo es el Señor, y el que come la fruta es la entidad viviente».

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 11 – Texto 06.

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