Al hacer mal uso de su independencia, la entidad viviente se aleja del servicio al Señor.
La verdadera posición de la entidad viviente es servir al Señor con una actitud de amor trascendental. Cuando la entidad viviente intenta convertirse en Krishna o imitarlo, cae en el mundo material. Dado que Krishna es el padre supremo, Su afecto hacia la entidad viviente es eterno. Cuando la entidad viviente se encuentra en el mundo material, el Señor Supremo, a través de Su expansión svamsa (Paramatma), acompaña a la entidad viviente. De este modo, la entidad puede algún día regresar a casa, de vuelta a Dios. Por el mal uso de su independencia, la entidad viviente se aleja del servicio del Señor y asume una posición de beneficiario de este mundo material, ocupando un cuerpo material. Al ansiar una posición elevada, la entidad viviente se enreda en un ciclo de nacimientos y muertes, eligiendo su forma entre las 8.400.000 y tratando de satisfacer sus deseos con placeres materiales. Sin embargo, a la Superalma no le agrada este comportamiento. Por ello, la Superalma le exhorta a rendirse a la Suprema Personalidad de Dios. Entonces, el Señor abriga con su protección a la entidad viviente. Pero a menos que la entidad no esté contaminada por deseos materiales, no puede rendirse al Señor Supremo.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Cuarto Canto, Capítulo 28 – Texto 53.