¿Por qué los cánticos de Ajamila eran inofensivos?
Ajamila había llamado a su hijo Narayana y, debido a su profundo amor por el niño, lo llamaba repetidamente. Aunque se dirigía a su hijo, el nombre en sí mismo era poderoso, ya que Narayana no es distinto del Señor Supremo Narayana. Al pronunciar el nombre de su hijo, Ajamila logró neutralizar todas las reacciones de su vida pecaminosa. Mientras continuaba llamando a Narayana y, por ende, recitando el santo nombre miles de veces, en realidad estaba avanzando de manera inconsciente hacia la conciencia de Krishna.
Se podría argumentar: «Dado que siempre estaba cantando el nombre de Narayana, ¿cómo era posible que estuviera con una prostituta y pensando en vino?». A través de sus acciones pecaminosas, Ajamila atraía sufrimiento sobre sí mismo una y otra vez, por lo que se puede considerar que su canto final a Narayana fue la causa de su liberación. Sin embargo, eso implicaría que su canto era un nama-aparadha. Namno balad yasya hi papa-buddhih: aquel que continúa actuando de manera pecaminosa e intenta contrarrestar sus pecados mediante el canto del santo nombre del Señor se convierte en un nama-aparadhi, un ofensor del santo nombre. En respuesta a esto, se podría decir que el canto de Ajamila no era ofensivo, ya que no lo hacía con la intención de neutralizar sus pecados. No era consciente de su adicción a las acciones pecaminosas, ni sabía que su canto del nombre de Narayana las contrarrestaba. Por lo tanto, no cometió nama-aparadha, y su repetido canto del santo nombre de Narayana al llamar a su hijo puede considerarse un canto puro.
Gracias a este canto puro, Ajamila acumuló inconscientemente los efectos del bhakti. De hecho, incluso su primera pronunciación del santo nombre fue suficiente para cancelar todas las reacciones pecaminosas de su vida. Para poner un ejemplo lógico, una higuera no produce frutos de inmediato, pero con el tiempo estos aparecen. De manera similar, el servicio devocional de Ajamila se desarrolló gradualmente y, aunque cometió actos muy pecaminosos, las reacciones no le afectaron. En los sastras se dice que si uno canta el santo nombre del Señor aunque sea una sola vez, las reacciones de su vida pecaminosa pasada, presente o futura no lo afectan. Por poner otro ejemplo, si se le extraen los colmillos venenosos a una serpiente, esto salva a sus futuras víctimas de los efectos del veneno, incluso si la serpiente muerde repetidamente. De la misma manera, si un devoto canta el santo nombre aunque sea una vez de manera inofensiva, estará protegido eternamente. Solo debe esperar a que los resultados de su canto maduren en el momento adecuado.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Sexto Canto, Capítulo 02 – Texto 49.