Las opulencias externas del Señor se denominan mano-vikārāḥ.

Las opulencias del Señor en el reino material se denominan mano-vikārāḥ, o “relativas a la transformación mental”, porque los individuos perciben aspectos notables del mundo material según su propio estado mental. El término vācābhidhīyate indica que las almas condicionadas describen la creación del Señor según su situación material específica. Puesto que estas definiciones de la opulencia material son relativas y circunstanciales, no deben ser vistas como representaciones directas y completas de la forma personal del Señor. Cuando un individuo se encuentra en un estado mental de transformación positiva, puede identificar las energías del Señor con términos familiares como “mi hijo”, “mi padre”, “mi marido”, “mi tío” o “mi amigo”, olvidando que toda entidad viviente está intrínsecamente ligada a la Suprema Personalidad de Dios, y que cualquier talento o rasgo excepcional que manifieste es, en última instancia, una manifestación de las potencias del Señor. Por el contrario, en un estado mental negativo u hostil, uno puede ver a los demás en términos de hostilidad, expresando pensamientos como “Esta persona me arruinará” o “Hay que eliminarla”, a menudo juzgando erróneamente la esencia divina que se esconde tras las extraordinarias cualidades materiales. Incluso semidioses como Indra, que ejemplifican las opulencias del Señor, son a menudo malinterpretados. Por ejemplo, la esposa de Indra, Śacī, lo percibe como “mi marido”, mientras que Aditi lo ve como “mi hijo”. Jayanta lo ve como “mi padre”, Bṛhaspati lo ve como “mi discípulo”, y los demonios lo perciben como un enemigo. Estas diversas percepciones surgen de diferentes estados mentales. Puesto que las opulencias materiales del Señor se interpretan de esta manera relativa, se clasifican como mano-vikāra, enfatizando su dependencia de las condiciones mentales. Esta percepción sigue siendo material porque no reconoce a la Suprema Personalidad de Dios como la verdadera fuente de opulencia. Sin embargo, si se reconoce al Señor Kṛṣṇa como el origen de toda opulencia y se renuncia al deseo de controlar estas manifestaciones, se puede captar la esencia espiritual de estas opulencias. Por lo tanto, incluso en medio de las variadas experiencias del mundo material, uno puede alcanzar la perfección en la conciencia de Kṛṣṇa. Es crucial no adoptar la conclusión de los filósofos de la nada de que las manifestaciones espirituales del Señor en las categorías viṣṇu-tattva y jīva liberadas surgen de la percepción relativa y los estados mentales. Tal noción contradice las enseñanzas fundamentales impartidas por la Suprema Personalidad de Dios a Śrī Uddhava.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 16 – Texto 41.

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