El Paramatma no está sujeto al enredo kármico como el Jiva.
Mientras el jīva está encerrado en las capas de Māyā, el Paramātmā permanece inafectado por el enredo kármico. La relación entre el Alma Suprema y estas capas se asemeja a la ilusión de la luna entrelazada con las ramas de los árboles a través de los cuales se la ve. El Alma Suprema es sad-asataḥ param, trascendiendo constantemente las formas sutiles y burdas como el anna-maya, aunque existe entre ellas como observador de todas las actividades. Aunque el Alma Suprema sirve como el objetivo último de la creación y es en algunos aspectos idéntica a sus formas manifestadas, Él conserva Su verdadera identidad separada (svarūpa).
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Décimo Canto, Capítulo 87 – Texto 17









