Todos los métodos auténticos de yoga tienen como objetivo meditar en el Alma Suprema (Paramatma).

Los distintos caminos del yoga suelen evolucionar de manera gradual y están repletos de distracciones potenciales. Sin embargo, todos los métodos auténticos de yoga, en última instancia, orientan a los practicantes hacia la meditación en el Alma Suprema (Paramātmā), que reside principalmente en el corazón junto con el alma jīva. Esta manifestación sutil del Paramātmā dentro del corazón es difícil de percibir (daharam), por lo que su acceso está principalmente reservado para los yoguis más avanzados.

Los meditadores principiantes tienden a enfocarse en la presencia secundaria del Alma Suprema que se encuentra en uno de los centros energéticos inferiores, como el mūlādhāra-cakra en la base de la columna vertebral, el svādhiṣṭhāna-cakra alrededor del ombligo o el maṇipūra-cakra en el abdomen. El Señor Kṛṣṇa menciona Su expansión como el Paramātmā en el cakra abdominal con las siguientes palabras:

ahaṁ vaiśvānaro bhūtvā prāṇinaṁ deham āsthitaḥ
prāṇāpāna-samāyuktaḥ pacāmy annaṁ catur-vidham

Yo soy el fuego de la digestión en los cuerpos de todos los seres vivos y me uno al aire de la vida, saliendo y entrando, para digerir las cuatro clases de alimentos (BhG. 15.14). En este contexto, el Señor Vaiśvānara supervisa la digestión y otorga la capacidad de movimiento a animales, humanos y semidioses. Según los śruti que citan este verso, aquellos que limitan su meditación a este aspecto particular del Señor carecen de una comprensión más profunda, descrita como kūrpa-dṛśaḥ, que significa tener la visión nublada por el polvo.

Por el contrario, los yoguis más avanzados, conocidos como Āruṇis, buscan adorar al Alma Suprema como el compañero interno del jīva que reside en el corazón, el Señor que otorga conocimiento e inspira diversas formas de inteligencia. Así como el corazón físico hace circular la sangre, el corazón sutil (cakra) actúa como el centro de numerosos canales de prāṇa, llamados nāḍīs, que se extienden por todo el cuerpo. A través de la purificación de estos canales, los yoguis Āruṇi pueden ascender desde el corazón hasta el cakra situado en la parte superior de la cabeza. Aquellos que se apartan de este cakra, conocido como brahma-randhra, acceden directamente al reino de Dios, donde la reencarnación ya no es necesaria. De este modo, incluso la práctica aparentemente incierta del yoga meditativo puede dar frutos de devoción pura cuando se realiza adecuadamente.

Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura hace referencia a varios śruti-mantras que se alinean con esta noción: udaraṁ brahmeti śārkarākṣā upāsate hṛdayaṁ brahmeti āruṇayo brahmā haivaitā ita ūrdhvaṁ tv evodasarpat tac-chiro ‘śrayate. Aquellos con visión perturbada identifican a Brahman con el abdomen, mientras que los Āruṇis adoran a Brahman en el corazón. Un alma verdaderamente realizada se eleva desde el corazón para buscar el refugio del Señor manifestado en la coronilla de la cabeza.

śataṁ caikā ca hṛdayasya nāḍyas tāsāṁ mūrdhānam abhiniḥsṛtaikā
tayordhvam āyann amṛtatvam eti viśvaṅṅ anyā utkramaṇe bhavanti

Hay ciento un canales sutiles de prāṇa que emergen del corazón. De ellos, uno —el suṣumṇā— conduce a la coronilla. Al viajar a través de este canal, uno trasciende la muerte, mientras que los otros se ramifican en varias direcciones, conduciendo a diferentes formas de renacimiento (Chāndogya Upaniṣad 8.6.6).

Las Upaniṣads mencionan con frecuencia al Paramātmā presente en el corazón. El Śrī Śvetāśvatara Upaniṣad (3.12-13) lo describe de la siguiente manera:

mahān prabhur vai puruṣaḥ sattvasyaiṣa pravartakaḥ
su-nirmalāṁ imāṁ prāptim īśāno jyotir avyayaḥ
aṅguṣṭha-mātraḥ puruṣo ’ntar-ātmā sadā janānāṁ hṛdaye sanniviṣṭaḥ
hṛdā manīṣā manasābhikḷpto ya etad vidur amṛtās te bhavanti

La Suprema Personalidad de Dios se convierte en el Puruṣa para iniciar la expansión de este cosmos. Él es la meta perfectamente pura que los yoguis aspiran a alcanzar, el deslumbrante e infalible controlador subsiguiente. Midiendo el tamaño de una pulgada, el Puruṣa está continuamente presente como el Alma Suprema en los corazones de todos los seres vivos. Utilizando la inteligencia adecuada, uno puede reconocerle en el corazón; quienes comprendan este método alcanzarán la inmortalidad.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Décimo Canto, Capítulo 87 – Texto 18

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