A la gente no le interesa la vida espiritual.

En el Kali-yuga de nuestro tiempo, la mayoría de la gente no tiene una educación adecuada. Su principal preocupación es satisfacer sus necesidades materiales ganando dinero. La filosofía Vedanta no es para la persona común, ni siquiera para el erudito ordinario. Requiere un conocimiento profundo del sánscrito y de la filosofía. Aunque Caitanya Mahaprabhu, como Suprema Personalidad de Dios, poseía un conocimiento infinito, asumió deliberadamente la apariencia de una persona corriente en aquella época para guiar a una sociedad analfabeta e ignorante. Hoy en día, la gente no muestra ningún interés en leer el Vedanta-sutra. Están tan absorbidos por la influencia de maya que descuidan incluso la noción de una vida después de la muerte o la existencia de 8.400.000 formas de vida. A veces, cuando oyen que podrían renacer como un árbol, un perro, un gato, un insecto o incluso un ser humano dependiendo de sus acciones, afirman despreocupadamente que eso no les importa. Algunos llegan a decir: «¿Qué importa si me convierto en perro? ¿Qué más da? Me olvidaré de todo». Muchos universitarios de los países occidentales comparten esta opinión. Su ignorancia es tal que se les puede calificar de manda. En el pasado, en la India, los brahmanes se esforzaban por comprender a Brahman, como prescribe la máxima «Athato brahma-jijnasa». Hoy en día, todo el mundo se comporta como un sudra y nadie parece interesado en comprender a Brahman. La principal búsqueda de los individuos es simplemente acumular más dinero e ir al cine.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición de 2007), «Teachings of Lord Kapila, The Son of Devahuti», página 173.

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