El cuerpo material acaba siendo consumido por otros.

Aunque el cuerpo nos brinda valiosas oportunidades para explorar este mundo, es fundamental ser conscientes de su inevitable y desafortunado destino. Si se incinera, se convierte en cenizas; si se deja en un lugar desolado, se transforma en alimento para chacales y buitres; y si se entierra en un ataúd decorado, se descompone lentamente, siendo devorado por pequeños insectos y gusanos. Por esta razón, se le denomina pārakyam, que significa ‘finalmente consumido por otros’. Sin embargo, es importante cuidar la salud del cuerpo para poder practicar la conciencia de Kṛṣṇa, evitando excesos de afecto y apego. Reflexionando sobre el ciclo del nacimiento y la muerte del cuerpo, uno puede cultivar virakti-viveka, la sabiduría del desapego de lo superficial. La palabra avasita se refiere a la convicción; es esencial mantener creencias firmes en todas las verdades relacionadas con la conciencia de Kṛṣṇa.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 09 – Texto 25.