Sólo podemos captar verdaderamente la belleza y la perfección del bhakti-yoga reconociendo su superioridad sobre todas las demás prácticas espirituales.
El Señor Supremo ha dejado claro que, en ausencia de devoción amorosa hacia Él en compañía de otros devotos, ningún otro método de autorrealización resulta efectivo. Esto nos lleva a cuestionarnos por qué Uddhava vuelve a hablar sobre la meditación, o dhyāna. Los ācāryas explican que uno solo puede apreciar plenamente la belleza y la perfección del bhakti-yoga después de discernir su superioridad sobre los demás caminos espirituales. A través de un análisis comparativo, los devotos logran una apreciación extática del bhakti-yoga. También es relevante mencionar que, aunque Uddhava indaga sobre quienes buscan la liberación, en realidad no se identifica como un mumukṣu, o buscador de salvación; más bien, sus preguntas están dirigidas a beneficiar a aquellos que aún no se han comprometido con el amor a Dios. Uddhava busca este conocimiento para su comprensión personal y para ayudar a guiar a otros aspirantes a la liberación hacia el camino del servicio devocional puro al Señor Supremo. La Suprema Personalidad de Dios aconsejó que uno debe sentarse en un asiento cómodo que no sea ni muy alto ni muy bajo, mantener el cuerpo erguido pero relajado, colocar ambas manos sobre las rodillas y enfocar la vista en la punta de la nariz. Para purificar las vías respiratorias, es necesario practicar los ejercicios mecánicos de pūraka, kumbhaka y recaka, y luego invertir el orden (recaka, kumbhaka, pūraka). Con los sentidos controlados, se puede practicar el prāṇāyāma de manera gradual. Después de esta práctica, las manos deben colocarse con las palmas hacia arriba, una sobre otra, lo que permite el control mecánico de la respiración para lograr una mente concentrada. Según el yoga-śāstra: antar-lakṣyo bahir-dṛṣṭiḥ sthira-cittaḥ susaṅgataḥ – Los ojos, que normalmente miran hacia afuera, deben volverse hacia adentro, estabilizando y controlando así completamente la mente. Desde el mūlādhāra-cakra, el prāṇa debe canalizarse hacia arriba como los tallos de un loto hasta llegar al corazón, donde la sílaba sagrada om resuena como una campana. Continuando para elevar esta sílaba sagrada de doce aṅgulas hacia arriba, debe mezclarse con las quince vibraciones producidas por el anusvāra. Es evidente que el sistema de yoga puede ser bastante técnico y complejo. Anusvāra se refiere a un sonido nasal que se produce después de las quince vocales sánscritas. Los detalles de este proceso pueden ser extremadamente complicados y probablemente poco prácticos para nuestra época. A pesar de valorar los logros avanzados de los antiguos practicantes de la meditación mística, es fundamental ceñirse al método simple y confiable de meditación propuesto para esta época: el canto de Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición de 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 14 – Textos 31 a 34.


 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
	 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
			
			
		 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	 
		
		
	






