El sabio con una longevidad excepcional, Markandeya Risi

Śrī Śaunaka se sentía cautivado por la asombrosa longevidad de Śrī Mārkaṇḍeya, quien, aunque era parte de su propio linaje, había estado vagando solo por la inmensidad de la destrucción desde hacía millones de años. En ese vasto vacío, se topó con un niño maravilloso que yacía sobre una hoja de baniano. A ojos de Śaunaka, parecía que Mārkaṇḍeya había vivido durante dos días de Brahmā, así que le pidió a Śrī Sūta Gosvāmī que le explicara este fenómeno.

Sūta Gosvāmī explicó que el sabio Mārkaṇḍeya, tras recibir el ritual sagrado de su padre, se comprometió a un voto de celibato de por vida. Posteriormente, dedicó seis ciclos manu a la adoración del Señor Supremo Hari. Durante el séptimo manvantara, el Señor Indra envió a Kāmadeva y sus compañeros para perturbar las austeridades del sabio, pero Mārkaṇḍeya Ṛṣi logró resistir gracias al poder adquirido a través de su penitencia.

En un acto de compasión hacia Mārkaṇḍeya, el Señor Śrī Hari se manifestó en forma de Nara-Nārāyaṇa. Śrī Mārkaṇḍeya se postró en señal de respeto y, luego, ofreció a los cielos cómodos asientos, agua para lavar sus pies y otras ofrendas.

Los sabios dicen que Mārkaṇḍeya Ṛṣi, hijo de Mṛkaṇḍu, fue un sabio de extraordinaria longevidad, el único que sobrevivió al final de un día de Brahmā, cuando todo el universo quedó sumido en el diluvio de la aniquilación. Sin embargo, el mismo Mārkaṇḍeya Ṛṣi, primer descendiente de Bhṛgu, nació en mi propia ascendencia durante el presente día de Brahmā, y hasta ahora no se ha presenciado ninguna destrucción total durante ese día. También es bien sabido que, al vagar desamparado por el gran océano de la aniquilación, Mārkaṇḍeya contempló en aquellas aguas amenazantes una personalidad extraordinaria: un infante que yacía en el pliegue de una hoja de baniano. La duración de un día de Brahmā, 12 horas, equivale a 4 billones 320 millones de años, al igual que su noche. Así, Mārkaṇḍeya vivió durante un día y una noche semejantes y, al día siguiente de Brahmā, continuó su vida como Mārkaṇḍeya. Parece que cuando ocurrió una aniquilación durante la noche de Brahmā, el sabio vagó por las aterradoras aguas de la destrucción y distinguió en aquellas profundidades a una personalidad excepcional que descansaba sobre una hoja de baniano.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Canto XII, Capítulo 08 – Introducción, Texto 2-5.