El anhelo de disolverse en la nada es una respuesta al sufrimiento de la existencia material.
A veces, un ser vivo puede darse cuenta del lamentable resultado de satisfacer sus deseos materialistas. Al sentirse frustrado por el dolor y el sufrimiento de la vida materialista, e ignorando cualquier existencia superior, adopta una filosofía neobudista y busca refugio en lo que se conoce como la nada. Sin embargo, no existe un vacío real en el reino de Dios. El deseo de fusionarse con la nada es una reacción ante el sufrimiento material, no un concepto tangible del Supremo. Por ejemplo, si experimento un dolor insoportable en la pierna y este no puede ser curado, puedo aceptar la amputación de la pierna. Sin embargo, es mucho mejor erradicar el dolor y conservar la pierna. De manera similar, debido a nuestro falso ego, pensamos: ‘Yo lo soy todo. Soy la persona más importante. Nadie es tan inteligente como yo.’ Con este pensamiento, sufrimos constantemente y experimentamos una intensa ansiedad. Pero cuando purificamos nuestro ego al reconocer que somos insignificantes siervos eternos de Kṛṣṇa, ese mismo ego nos brindará una gran alegría.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 02 – Texto 02.