¿Cómo es posible que el Señor permita que en ocasiones se ignoren Sus órdenes, incluso por parte de Sus devotos?

Como se menciona en el Sexto Canto del Śrīmad-Bhāgavatam, un devoto genuino no necesita prāyaścitta, o expiación, por transgresiones involuntarias relacionadas con acciones pecaminosas. El propio servicio devocional es el proceso purificador supremo; por lo tanto, un devoto sincero que tropieza debe regresar rápidamente a su servicio devocional puro a los pies de loto del Señor. Al hacerlo, el Señor le brindará Su protección, como se indica en la Bhagavad-gītā (9.30):

api cet su-durācāro bhajate mām ananya-bhāk
sādhur eva sa mantavyaḥ samyag vyavasito hi saḥ

El término tyaktānya-bhāvasya en este verso tiene un significado importante. Un devoto puro comprende que todos los seres vivos, incluyendo a Brahmā y Śiva, son intrínsecamente parte de la Suprema Personalidad de Dios y no poseen existencia separada o independiente. Con esta comprensión, un devoto se abstiene naturalmente de participar en actividades pecaminosas que irían en contra de las órdenes de Dios. Sin embargo, debido a la poderosa influencia de la naturaleza material, incluso un devoto sincero puede, en ocasiones, verse momentáneamente atrapado en la ilusión y desviarse del camino recto de la devoción pura. En tales circunstancias, el Señor Kṛṣṇa Mismo, actuando en el corazón, alivia estas acciones pecaminosas.

Se podría argumentar que el smṛti-śāstra establece, śruti-smṛtī mamaivājñe: las escrituras védicas representan los mandatos directos de la Personalidad de Dios. Por lo tanto, se puede cuestionar cómo el Señor puede tolerar la desobediencia a Sus órdenes por parte de Sus devotos. Para abordar esta inquietud, se utiliza el término priyasya en el verso. Los devotos son queridos por el Señor. Al igual que un padre amoroso perdona a un hijo querido que comete un error involuntario, el Señor considera las intenciones sinceras del devoto. Así, aunque el devoto no busque aprovechar la misericordia del Señor pidiéndole alivio de futuros sufrimientos, el Señor, por Su propia gracia, libera al devoto de las consecuencias de errores accidentales.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 05 – Texto 42.

Leave A Comment