En el servicio devocional, la aparente opulencia material no es material; todo es espiritual.
El objetivo final de un devoto es refugiarse en los pies de loto del Señor en los planetas del cielo espiritual. A través de la dedicación al servicio devocional, un devoto recibe opulencias materiales solo si son necesarias; de lo contrario, no tiene interés en ellas, y el Señor Supremo no las concede. Cuando un devoto se compromete realmente al servicio devocional, las opulencias que parecen materiales son en realidad espirituales. Por ejemplo, si un devoto invierte en la construcción de un hermoso templo, esta acción no es material sino espiritual (nirbandhah Krishna-sambandhe yuktam vairagyam ucyate). La mente de un devoto nunca se distrae hacia el aspecto material del templo. Los materiales utilizados, como ladrillos, piedra y madera, son considerados espirituales, al igual que la Deidad, que, aunque hecha de piedra, representa a la Suprema Personalidad de Dios. A medida que uno avanza en la conciencia espiritual, puede entender mejor los elementos del servicio devocional. En esencia, nada en el servicio devocional es material; todo es espiritual. Así, a un devoto se le otorgan las llamadas opulencias materiales como consecuencia del progreso espiritual, sirviendo como estímulo para avanzar hacia el reino espiritual.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Sexto Canto, Capítulo 16 – Texto 29.