La Suprema Personalidad de Dios no es producto de la imaginación.
Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, el término yuktāḥ se refiere a quienes se dedican activamente a la práctica disciplinada del bhakti-yoga. Los devotos del Señor no renuncian a su inteligencia ni se convierten en fanáticos irracionales, como algunos podrían creer erróneamente. Como indican las palabras anumānataḥ y guṇair liṅgaiḥ, un devoto involucrado en el bhakti-yoga busca diligentemente a la Suprema Personalidad utilizando todas las facultades racionales de la mente. Sin embargo, el término mṛgayanti, que significa ‘buscar’, no implica un acercamiento desordenado o no autorizado. Por ejemplo, si buscamos el número de teléfono de una persona concreta, consultamos la guía telefónica autorizada. Del mismo modo, cuando buscamos un producto concreto, acudiríamos a una tienda especializada donde es probable que encontremos lo que necesitamos. Śrīla Jīva Gosvāmī señala que la Suprema Personalidad de Dios no es un mero producto de la imaginación; por tanto, no podemos concebir arbitrariamente cómo podría ser el Señor. Para adquirir conocimiento sobre el Señor Kṛṣṇa, uno debe dedicarse a la investigación sistemática dentro de las escrituras védicas autorizadas. El término agrāhyam en este verso indica que nadie puede alcanzar o entender al Señor Kṛṣṇa a través de la mera especulación o las actividades de los sentidos materiales. En este contexto, Śrīla Rūpa Gosvāmī afirma en el Bhakti-rasāmṛta-sindhu (1.2.234):
ataḥ śrī-kṛṣṇa-nāmādi na bhaved grāhyam indriyaiḥ
sevonmukhe hi jihvādau svayam eva sphuraty adaḥ
Esto significa que nadie puede captar la esencia trascendental del nombre, la forma, las cualidades y los juegos de Śrī Kṛṣṇa a través de sentidos contaminados por la materia. Solo cuando uno se enriquece espiritualmente mediante el servicio devoto al Señor, se le revelan el nombre trascendental, la forma, las cualidades y los juegos del Señor.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 07 – Texto 23.