La presencia de la verdad absoluta puede entenderse a través de la expansión de su potencial.
El Absoluto abarca multiplicidades, como se indica en los Vedas (Śvetāśvatara Upaniṣad): parāsya śaktir vividhaiva śrūyate. La Verdad Absoluta no es meramente śakti, o energía; es śaktimān, la fuente de innumerables potenciales. Según Śrīla Śrīdhara Svāmī, uno debe escuchar atentamente estas explicaciones legítimas de la Verdad Absoluta. Como se menciona en el verso anterior, yathānalam arciṣaḥ svāḥ: las pequeñas chispas de un fuego no tienen la capacidad de iluminar la llama ardiente misma, que es la verdadera fuente de luz. Del mismo modo, el pequeño ser vivo, similar a una chispa de la Suprema Personalidad de Dios, no puede iluminar a la Personalidad de Dios por sus limitadas capacidades intelectuales. Se podría argumentar que el sol irradia su poder a través de sus rayos, y es a través de estos rayos que podemos percibir el sol. Sin embargo, también es cierto que si una nube oscurece el cielo, el sol, a pesar de la presencia de sus rayos, no será visible. Así pues, la capacidad de ver el sol no solo depende de sus rayos, sino también de la presencia de un cielo despejado, organizado a su vez por el sol. Del mismo modo, podemos darnos cuenta de la existencia de la Verdad Absoluta a través de la manifestación de sus poderes.
atas tad apavādārthaṁ bhaja sarvātmanā harim
paśyaṁs tad-ātmakaṁ viśvaṁ sthity-utpatty-apyayā yataḥ
“Debes reconocer siempre que esta manifestación cósmica es creada, sostenida y finalmente aniquilada por la voluntad de la Suprema Personalidad de Dios. Por lo tanto, todo en este reino cósmico está bajo el dominio del Señor. Para alcanzar esta profunda comprensión, es esencial dedicarse continuamente al servicio devocional del Señor”. (Bhāg. 4.29.79) Como se enfatiza aquí, bhaja sarvātmanā harim: es necesario adorar a la Suprema Personalidad de Dios para purificar la conciencia, como un cielo azul despejado con el sol brillante brillando plenamente. Cuando percibimos el sol, también percibimos sus rayos en todo su esplendor. Del mismo modo, al dedicarse al servicio devocional de Kṛṣṇa, la mente se deshace de las impurezas materiales, lo que permite percibir no solo al Señor, sino también Sus manifestaciones como el reino espiritual, como los devotos puros, como el Paramātmā, como el resplandor impersonal de Brahman, y como la creación posterior del mundo material, la sombra del reino de Dios (chāyeva), del que surgen diversas formas materiales.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Undécimo Canto, Capítulo 03 – Texto 37.