Al Absoluto no le puede faltar ninguna de las cosas bellas de este mundo.
El Señor Kṛṣṇa actúa en el plano liberado de la autosatisfacción espiritual. Este hecho está indicado por los términos ātma-rata, ātmārāma y akhaṇḍita. Es inconcebible para la gente común que un chico y una chica jóvenes y guapos disfrutando de una romántica relación marital a la luz de la luna en el bosque puedan entregarse a una actividad pura, libre de deseos egoístas y lujuria. Sin embargo, mientras que el Señor Kṛṣṇa es inconcebible para la gente común, aquellos que le aman pueden darse cuenta fácilmente de la naturaleza absoluta y pura de sus actividades.
Se puede argumentar que la belleza está en el ojo del que mira y que, por lo tanto, los devotos de Kṛṣṇa solo imaginan que las actividades del Señor son puras. Este argumento ignora muchos hechos importantes. Por un lado, el camino de la conciencia de Kṛṣṇa, que consiste en desarrollar el amor por Kṛṣṇa, requiere que un devoto siga estrictamente cuatro principios regulativos: no mantener relaciones sexuales ilícitas, no apostar, no intoxicarse y no consumir carne, pescado ni huevos. Cuando uno se libera de la lujuria material y se eleva a un plano liberado, más allá del deseo material, se da cuenta de la belleza absoluta del Señor Kṛṣṇa. Este proceso no es teórico: ha sido practicado y realizado por miles de grandes sabios, que nos han legado su brillante ejemplo y sus profundas enseñanzas respecto al camino de la conciencia de Kṛṣṇa.
Por supuesto, la belleza está en el ojo del que mira. Sin embargo, la verdadera belleza es percibida por el ojo del alma y no por el ojo lujurioso del cuerpo material. Esta es la razón por la cual la literatura védica hace hincapié repetidamente en que solo aquellos que están libres del deseo material pueden ver la belleza del Señor Kṛṣṇa con el ojo del alma pura, ungido con el amor de Dios. Por último, cabe señalar que al realizar los entretenimientos del Señor Kṛṣṇa, uno se libera de cualquier tinte de deseo sexual, un estado mental que difícilmente puede resultar de la meditación en asuntos sexuales materiales.
Los entretenimientos maritales de Kṛṣṇa complementan perfectamente su cualificación como la Suprema Verdad Absoluta. El Vedānta afirma que la Verdad Absoluta es la fuente de todas las cosas, por lo que es seguro que el Absoluto no puede carecer de ninguna de las cosas bellas de este mundo. Es solo porque las relaciones amorosas existen en una forma pura y espiritual en el Absoluto que pueden manifestarse en una forma pervertida y material en este mundo. Así que la belleza aparente de este mundo no debe ser rechazada de plano; por el contrario, la belleza debe ser aceptada en su forma pura y espiritual.
Desde la noche de los tiempos, el arte de amar ha inspirado el deleite poético de hombres y mujeres por igual. Por desgracia, el amor en este mundo suele desembocar en una decepción aplastante, provocada por un cambio de opinión o por la muerte. Por eso, aunque al principio las relaciones nos parezcan hermosas y agradables, al final se ven empañadas por los embates de la naturaleza material. Sin embargo, no es razonable rechazar por completo el concepto de amor. Por el contrario, deberíamos aceptar la atracción conyugal en su forma absoluta, perfecta y pura, tal y como existe en Dios, sin rastro alguno de lujuria material o egoísmo.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Décimo Canto, Capítulo 30 – Texto 34.