La belleza de las literaturas trascendentales como el Bhagavad-gita y el Srimad-Bhagavatam es que nunca envejecen.

Los pasatiempos del Señor, destinados a la protección de los hombres civilizados, las vacas y los semidioses, son todos trascendentales. El ser humano se siente atraído a escuchar buenas narraciones e historias, por ello existen tantos libros, revistas y periódicos en el mercado para satisfacer los intereses del alma cultivada. Sin embargo, el placer que brindan este tipo de literatura, después de ser leída una vez, se vuelve obsoleto, y la gente pierde el interés en leerlas repetidamente. De hecho, los periódicos son leídos por menos de una hora y luego se desechan. Lo mismo ocurre con toda la literatura mundana. Pero la belleza de las literaturas trascendentales como el Bhagavad-gita y el Srimad-Bhagavatam es que nunca envejecen. Han sido leídas durante los últimos cinco mil años por el hombre civilizado y siempre permanecen frescas para los eruditos y devotos. Incluso la repetición diaria de los versos del Bhagavad-gita y el Srimad-Bhagavatam nunca provoca saciedad en devotos como Vidura. Vidura pudo haber escuchado los pasatiempos del Señor muchas veces antes de conocer a Maitreya, pero aun así deseaba que se repitieran las mismas narraciones porque nunca se cansaba de escucharlas. Esa es la naturaleza trascendental de los gloriosos pasatiempos del Señor.

Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Tercer Canto, Capítulo 5 – Texto 7.

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