¿Cuáles son los diferentes Varnas y Asramas que aparecen en el Bhagvat Gita?
Hay cuatro varnas, a saber, los brahmanas (sacerdotes e intelectuales), los ksatriyas (guerreros y estadistas), los vaisyas (hombres de negocios y agricultores) y los sudras (obreros y sirvientes). También hay cuatro asramas estándar, a saber, brahmacarya (vida estudiantil), grhastha (cabeza de familia), vanaprastha (jubilado) y sannyasa (renunciante).
«Las cuatro clases sociales, a saber, los brahmanas, ksatriyas, vaisyas y sudras, surgen de diferentes partes de la forma universal del Señor Supremo: los brahmanas provienen de la cabeza, los ksatriyas de los brazos, los vaisyas de la cintura y los sudras de las piernas. Igualmente, los sannyasis provienen de la cabeza, los vanaprasthas de los brazos, los grhasthas de la cintura y los brahmacaris de las piernas». Estas distintas órdenes sociales y niveles de avance espiritual se conciben en función de las cualidades. El Bhagavad-gita confirma que las cuatro clases sociales y los cuatro grados espirituales son creaciones del Señor mismo, basadas en las diferentes cualidades individuales. Al igual que las diversas partes del cuerpo tienen funciones distintas, también lo tienen las clases sociales y espirituales, según la cualificación y su posición. No obstante, el objetivo de estas actividades es siempre servir a la Suprema Personalidad de Dios. Según se afirma en el Bhagavad-gita, «Él es el beneficiario supremo». Así, tanto si uno es brahmana como sudra, debe satisfacer al Señor Supremo mediante sus acciones. Esto se respalda en el Srimad Bhagavatam, que dice: «Cada uno debe dedicarse a su deber específico, pero la perfección de dicho trabajo debe medirse por el grado de satisfacción del Señor». La indicación aquí es que uno debe actuar según su posición y que, a través de estas acciones, debe complacer a la Suprema Personalidad, o de lo contrario, caer de su posición.
Por ejemplo, un brahmana, que nace de la cabeza del Señor, tiene como función difundir los sonidos védicos trascendentales, o sabda brahman. Dado que el brahmana es la cabeza, su deber es proclamar el sonido trascendental, además de comer en nombre del Señor Supremo. Según los mandatos védicos, cuando un brahmana come, se entiende que la Personalidad de Dios come a través de él. Sin embargo, no se trata solo de que el brahmana coma en nombre del Señor; también debe difundir el mensaje del Bhagavad-gita en el mundo. De hecho, quien predica este mensaje es muy respetado por Krishna, como se confirma en el propio Gita. Este predicador es verdaderamente un brahmana y, por lo tanto, al alimentarlo, uno alimenta directamente al Señor Supremo.
De manera similar, el ksatriya debe proteger a la gente de las amenazas de maya. Ese es su deber. Por ejemplo, cuando Maharaj Pariksit vio que un hombre negro intentaba matar a una vaca, inmediatamente tomó su espada para acabar con Kali, que era el nombre de ese hombre. Esta es la responsabilidad del ksatriya. La violencia es necesaria para brindar protección. En el Bhagavad-gita, el Señor Krishna ordenó directamente a Arjuna que utilizará la violencia en el campo de batalla de Kuruksetra, solo para proteger a la población.
Los vaisyas producen, comercializan y distribuyen bienes agrícolas. La clase trabajadora, o sudras, son aquellos que no poseen la inteligencia de los brahmanas, ksatriyas o vaisyas y que, por lo tanto, deben colaborar con estas clases superiores gracias a su trabajo físico o manual. De este modo, existe una cooperación total y un progreso espiritual entre los diferentes órdenes de la sociedad.
En ausencia de tal cooperación, los miembros de la sociedad se derrumban. Esta es la realidad actual del kali-yuga, la era del conflicto. Cada individuo descuida sus deberes mientras pretende ser un brahmana (intelectual) o un ksatriya (guerrero o estadista). En realidad, estos individuos no tienen estatus. Están desconectados de la Suprema Personalidad de Dios porque no conocen a Krishna. Esta es la razón por la que el movimiento de la conciencia de Krishna tiene como objetivo mejorar las condiciones de toda la sociedad humana para que todos puedan ser felices y beneficiarse del desarrollo de la conciencia de Krishna.
Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2011), «El Nector de la Devoción», Página 24./span>