En el Bhagavata-dharma no existe la cuestión de «lo que tú crees» y «lo que yo creo».

El bhagavata-dharma no tiene contradicciones. Los conceptos de «tu religión» y «mi religión» están completamente ausentes del bhagavata-dharma. Bhagavata-dharma significa seguir las órdenes dadas por el Señor Supremo, Bhagavan, como se afirma en el Bhagavad-gita: sarva-dharman parityajya mam ekam saranam vraja. Dios es uno y es para todos. Por lo tanto, todos deben entregarse a Dios. Esa es la concepción pura de la religión. Cualquier cosa que Dios ordene es religión (dharmam tu saksad bhagavatpranitam).
En el bhagavata-dharma no hay cuestión de «lo que tú crees» y «lo que yo creo». Todos deben creer en el Señor Supremo y cumplir Sus órdenes. Anukulyena Krishnanusilanam: lo que Krishna diga -lo que Dios diga- debe ser realizado directamente. Eso es dharma, religión. Si uno es realmente consciente de Krishna, no puede tener enemigos. Puesto que su único propósito es inducir a otros a rendirse a Krishna, o Dios, ¿cómo se puede tener enemigos? Si uno defiende la religión hindú, la musulmana, la cristiana, esta religión o aquella, habrá conflictos. La historia muestra que los seguidores de sistemas religiosos sin una comprensión clara de Dios han luchado entre sí. Hay numerosos ejemplos de esto en la historia de la humanidad, pero los sistemas religiosos que no se centran en el servicio al Supremo son temporales y no pueden perdurar mucho tiempo porque están llenos de deseos o envidia. Existen numerosas iniciativas contra de tales sistemas religiosos, y, por lo tanto, uno debe renunciar a la idea de «mi creencia» y de «tu creencia». Todos deben creer en Dios y entregarse a Él. Eso es el bhagavat-dharma.

Fuente: Fuente: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (edición 2014), «Srimad Bhagavatam», Sexto Canto, Capítulo 16 – Texto 41.

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